Las empresas en España se han enfrentado a grandes dificultades en los últimos años como consecuencias de la crisis financiera que se inició en 2007 y la generada por la pandemia de la COVID-19 desde 2020. Los entornos cambiantes e inestables obligan a las mercantiles a tomar decisiones acertadas sobre su gestión en un breve periodo de tiempo.

Los expertos coinciden en que la falta de planificación, coordinación y control en la gestión empresarial fue uno de los factores clave en la falta de viabilidad y posterior liquidación de las empresas, puesto que impide un crecimiento eficiente y eficaz de las mismas.

En este escenario surge la necesidad de analizar la marcha del negocio a través de la interpretación de la información financiera y de gestión que se desprende de los datos de cada organización. Por este motivo a medida que la tecnología evoluciona y crecen exponencialmente las fuentes de datos y la información que producen, los directivos disponen cada vez de menos tiempo para definir estrategias y tomar decisiones.

Se hace necesario, por tanto, implantar sistemas de control de la gestión analizando la información disponible en la empresa, puesto que se está convirtiendo en un activo estratégico vital para obtener posiciones competitivas dentro de un mercado cada vez más volátil.

Para planificar y evaluar resultados es necesario controlar la gestión a través de tres vertientes

• Estratégico: conocer la posición actual y la dirección que se desea tomar. Es preciso definir objetivos, departamentos y tiempo. Esta estrategia debe plasmarse en unos presupuestos siempre ligados a un plan de acción.
• Financiero: maximizar los resultados de la empresa, a medio y largo plazo, debe ser un objetivo primordial. Minimizar el riesgo de las inversiones mediante un análisis de rentabilidad de las mismas. Optimizar los flujos de dinero.
• Operativa: optimizar los recursos propios y ajenos es otra labor fundamental de la empresa. Cuantificar los costes que cada área de un proyecto consume a través de un análisis de los costes de la mercantil

Este sistema de gestión incluye una planificación estrategia, la ejecución de los planes y una evaluación posterior de los resultados, de modo que se pueda valorar el resultado del control del negocio a través de la evolución interna y de los riesgos de la empresa. Para ello, se redactan Informes de cada área ejecutiva de la compañía, puesto que se trata de un elemento clave para la toma de decisiones a medio y largo plazo. Este análisis paralelo a la actividad de la empresa permite identificar las desviaciones en la ejecución del plan. Si estos errores se detectan de inmediato resulta más sencillo encontrar una solución o modificar el plan para mejorar el rendimiento de la empresa.

Este análisis debe realizarse a partir de información financiera, administrativa y operativa.

El responsable de llevar a cabo este control de gestión es el controller, una figura que ha surgido para cubrir la necesidad de las pymes de realizar una gestión integral de la organización, involucrado a todas las áreas. Su implantación proporcionará ventajas competitivas en el mercado.

El control recurrente de los resultados de la empresa en comparación con el plan estratégico fijado y la utilización de los nuevos sistemas de información analítica de datos suponen una gran ventaja competitiva para la toma de decisiones.

En la actualidad existen softwares que permiten automatizar muchos procesos y llevar a cabo estudios de gran complejidad en tiempo real. Por tanto, el control de la gestión a través de Business Intelligence Analyst es una pieza angular en las empresas, puesto que ayuda a superar y minimizar los impactos de las crisis económicas.

La figura del controller ha evolucionado desde una función puramente descriptiva y de auditoría, a ser promotor del cambio, transformándose en profesionales capaces de ayudar a la dirección a liderar este cambio y guiar a la empresa a altas cotas de desarrollo.

Business Analyst identifica, evalúa y aprovecha oportunidades de análisis de datos que crean valor. Para ello, es preciso focalizar el uso de los datos en desarrollar conocimientos y capacidades que mejoren la toma de decisiones de forma adecuada, ayudando a mejorar la rentabilidad del negocio, aumentando la participación en el mercado y proporcionando un mejor retorno a los accionistas.

En definitiva, el análisis de gestión y financiero debe perseguir siempre el éxito en la toma de decisiones, que se convertirá en un principio clave y en el elemento diferenciador más importante en la actualidad para la viabilidad de las empresas.

David Onteniente / Auditor ROAC 23.777 Área de Control Interno Local